DOCUMENTOS


Por Agustín Prospitti

Desde esta sección histórica, Hecho Maldito propone dialogar con las experiencias del pasado, a través de un viaje introspectivo por las pasiones y dramas nacionales, con la finalidad de recuperar las experiencias y derroteros de nuestros compatriotas que buscaron infructuosamente la grandeza nacional, que no es otra cosa que la liberación de nuestra patria.
En este “número – debut” nuestra digresión circunda el farragoso problema de la vinculación entre la Universidad y el Interés (Proyecto) Nacional. Elegimos para ello el periplo del “camporismo”, en el cual vislumbramos uno de los momentos de mayor comunión entre conocimiento y destino colectivo.
Pero antes de adentrarnos en aquella intensa experiencia histórica, permítanos -a fuer de ejercitar una revisión productiva del pasado a la luz de los desafíos presentes- presentar unas pinceladas de la coyuntura universitaria actual.
En la última década la Universidad Pública Argentina ha sido arreciada por el huracán de las políticas neoliberales imperantes en el país. Ello afectó de múltiples maneras su sentido histórico, provocando una fuerte despolitización de los actores que la constituyen y su alejamiento de las problemáticas públicas. El pensamiento crítico fue desterrado de su campo de juego y conminado a las fronteras exteriores de la academia.
La inercia de la lógica burocrática y de los posicionamientos “políticamente correctos” – en clave demoliberal – predominan hoy por sobre las otroras energías movilizadoras y transformadoras que caracterizaron al sujeto universitario. La comunidad universitaria se ha resignado a ser objeto pasivo de un espacio público que no ocupa ni construye, resignando un destino no manifiesto al reducido terreno de las militancias raquíticas que ya no fecunda.
A partir del discurso de la democracia “alimentadora, sanadora y educadora” se instauró una política de desmovilización y una cultura individualista que atomizó al movimiento estudiantil. Esto fomentó una gran apatía en los estudiantes, producto del cambio de sentido de las herramientas gremiales tradicionales, que fueron subsumidas a una exigua política de servicios bajo la lógica del “toma y daca”, alejando a los educandos de los problemas de fondo de la Universidad.
Estas impresiones provienen de la catarsis continua que provoca el deambular por los corrillos de las facultades rosarinas, tan próximas al Paraná. Fuente de inspiración permanente, los meandros y sinuosidades de este enérgico afluente pluvial se presentan frente a nuestras retinas para sacudirnos la visión pesimista de un presente perpetuo y conducirnos a repensar las formas de la historia y sus invocaciones. Dicho substrato no debe ser convocado para repasar una sucesión de hechos irrepetibles sino para enriquecer y cuestionar nuestras posturas frente a los problemas actuales de la universidad y el país, al tiempo que inspiran las propuestas transformadoras que vamos ensayando al calor de la nueva hora que vive Latinoamérica.
Por ello decidimos incluir en este primer número un documento histórico de la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (1973) que abona al acuciante debate sobre un nuevo proyecto de universidad. Este material de indispensable consulta y de gran valor histórico no ha sido recuperado o reapropiado debidamente en propuestas programáticas de ningún signo político, mas allá de su carácter superador de la remanida y siempre invocada Reforma del ’18. El archivo en cuestión será acompañado de un vistazo a su vinculación con las políticas del “camporismo”, porque sostenemos la premisa de que la universidad pública debe estructurar su perspectiva teleológica en función de un proyecto de país emancipado política y culturalmente. Pero al mismo tiempo demandamos que “los altos estudios” aporten su potencial crítico a la tarea concientizadora de la lucha por la liberación nacional. Esta relación dialéctica entre conocimiento científico-tecnológico y conciencia política no puede sino sintetizarse en la estructuración de un proyecto de país independiente, soberano y primado por la justicia social.

MARZO DE 1973: HACIA LA UNIVERSIDAD NACIONAL Y POPULAR
El 11 de Marzo de 1973 es la fecha de referencia de una etapa política que había despuntado con toda su fuerza en el ’69 con el “Cordobazo”, pero que reconoce su origen en la inquebrantable resistencia peronista. El triunfo electoral del FREJULI (Frente Justicialista de Liberación Nacional) a partir de la bandera “Cámpora al gobierno / Perón al poder” representaba el triunfo del peronismo después de 18 años de proscripción y el salto al cerco político impuesto por el régimen al líder justicialista.
La victoria de marzo del ‘73 simbolizaba la posibilidad real de reanudar el proyecto de nación inconcluso, que fuera interrumpido y abandonado por los militares golpistas y los gobiernos civiles de turno. Este desafío fue encarnado fundamentalmente a través de la militancia desarrollada por la Juventud Peronista – Montoneros, viejos cuadros políticos del partido y los sindicatos mas combativos del movimiento obrero peronista que, a partir de la consigna del “luche y vuelve” desplegaron incansables esfuerzos para generar las condiciones que permitiesen el retorno de Perón al país. En ellos se vio representada la política de masas que caracterizó históricamente al peronismo, por su capacidad de movilización y convocatoria.
Las organizaciones juveniles levantaban las banderas del antiimperialismo y la liberación nacional, agitadas por Perón desde España, con la expectativa de generar las condiciones que impulsaran la lucha del pueblo hacia la consecución del socialismo nacional.
En este marco se desarrollaron las experiencias de refundación ideológica y programática de las instituciones culturales de la patria. La “universidad camporista” se estructura como la contracara de la academia liberal, tecnócrata, elitista y descomprometida de la realidad argentina. Este viraje del sentido de los altos estudios es tributario de las rupturas acaecidas en su interior y en el país durante los años ’60. Principalmente se destacan la politización de los estudiantes en la defensa de sus derechos; su masiva “peronización” como resultado de sus enfrentamientos con la dictadura y su proximidad a la lucha de la clase trabajadora; y la experiencia docente de las “cátedras nacionales” que confrontaba con el viejo estilo cientificista en pos de vincular a las ciencias sociales con las necesidades y experiencias de lucha de nuestro pueblo.
El planteo de una Universidad Nacional y Popular se manifestaba en sintonía con el proyecto político encarnado en la vuelta de Perón al poder y en el protagonismo explícito de las mayorías populares y actuaba como una usina generadora de propuestas y reflexiones sobre las problemáticas de un país dependiente. Fomentaba, en este mismo sentido, discusiones sobre la orientación de las transformaciones estructurales necesarias en camino a la reconstitución de un país bajo la argamasa de la justicia social.
La experiencia de Rodolfo Puiggrós al frente de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires y la militancia y los programas de la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (FURN) son algunos de los más conspicuos ejemplos de la direccionalidad otorgada a la Universidad en la febril “primavera camporista”.
Pero no solo el debate ideológico discurría entre la comunidad universitaria, sino que el estudiantado se encaramó como uno de los sectores mas dinámicos de la movilización social, junto a la infatigable voluntad de la clase obrera, en pos de la liberación nacional. Una Universidad cuyas coordenadas principales se orientaban hacia la resolución de las problemáticas colectivas fue el corolario del compromiso de un proyecto académico - científico al servicio de los intereses nacionales y populares. El documento de la FURN “Bases para una nueva Universidad” -que reproducimos a continuación- da testimonio de ello.


"Bases para una nueva universidad"
FURN (Federación Universitaria de la Revolución nacional) / 1973.


La patria y el pueblo convocan

La Liberación Nacional, objetivo supremo de la Patria, que el pueblo expresara en mil combates y reafirmara inequívocamente el 11 de Marzo, es un desafío histórico para que todos, activa y solidariamente, la vayamos concretando en cada lugar, en cada actividad donde ella tenga sus exigencias particulares. Son múltiples y complejos los cabos que nos atan a la Dependencia, y uno a uno han de ser cortados todos ellos si queremos cumplimentar lo mejor de nuestras aspiraciones colectivas.
Todos tenemos la obligación de sumarnos a esa magna tarea, y nadie tiene el derecho siquiera a intentar defraudar el mandato de nuestro pueblo.
A los universitarios, les toca desmontar la infernal maquinaria que durante años deformara conciencias para hacerlas proclives a la indiferencia, la justificación o el apuntalamiento de la injusticia y la explotación.
Les toca encontrar los términos con que en el plano cultural se traduce la gran opción que, desafiante, se alza ante el destino de la Nación. Les toca, en definitiva, encontrar las herramientas, las técnicas, culturales y científicas, que nos ayuden a construir la Patria por la que el pueblo ha optado, para superar el estado que decididamente quiere dejar de ser.
Nadie, entiéndase bien, ha de ser excluido en esta tarea de reconstrucción. A nadie se le podrá negar la oportunidad de empezar a construir la Nueva Universidad acabando con la docencia burocratizada, -con la investigación como medio tan solo de prestigiarse personalmente-, las especulaciones mercantilistas, el fariseísmo, el cientificismo y la tecnocracia que inevitablemente habrán de morir para que nazca la Universidad que el Pueblo reclama.
Si todos estamos alerta, si todos tenemos claro cuales son los objetivos, si todos somos capaces de generar una activa y prolífica movilización que ponga en tensión toda nuestra capacidad creadora, toda nuestra imaginación y nuestro entusiasmo, nada podrá impedir ser ganados por el pueblo, para ganar para ésta Universidad.
Esta reversión de la cultura, de sus instituciones y de sus contenidos, supone previamente un cambio en la propia conciencia de los universitarios, superando motivaciones solo de fidelidad consigo mismo, para comenzar a pensar y actuar en términos de la lealtad hacia su propio País y su propio Pueblo. En la comprensión -cabal y sincera- de cuales son los marcos de sus propias circunstancias, signadas esencialmente por una insidiosa colonización cultural que ha victimado a todos en mayor o menor grado, está el primer paso para transitar con firmeza la senda de la Liberación Nacional.
Este proyecto que la JUVENTUD PERONISTA pone a consideración de todos, es tan solo un simple y modesto aporte que realiza a través de uno de sus equipos político-técnicos, estableciendo las grandes líneas de lo que a su juicio debe ser la Universidad. No nos cabe duda de que deberá ser profundamente enriquecido, superado incluso si es necesario.
El objetivo está planteado y en gran medida habrá sido resuelto, si nuestro esfuerzo es capaz de promover la discusión, el debate, la movilización creadora que haga nacer de cada cátedra, de cada aula, de cada laboratorio, con el aporte enriquecedor de todos , la Universidad que sea coherente con el destino que el Pueblo se ha fijado para sí.
De tal manera podremos hermanarnos solidariamente con quienes a través de todos los tiempos, han brindado sus luchas y sus sacrificios, comprometidos con un destino que nos convoca, junto con otros compatriotas de otros lugares y de otros frentes, a sumarnos a la difícil, pero apasionante tarea de forjar la LIBERACIÓN NACIONAL.

Análisis y propuestas de una política nacional para la universidad

A) Ubicación de la Universidad
Desde el poder político y económico, el sector social que lo detente es capaz de imprimir a la Nación un estilo de vida que condiga con sus intereses. Fuerzas extranjeras y nativas coaligadas se reservan para sí, en esas circunstancias, un abrumador porcentaje de lo producido por el esfuerzo del País que se convierte de tal forma en una víctima expoliada impunemente.
Pero la simple instalación en la cúpula del poder político y económico, no garantiza a perpetuidad, a nadie, su permanencia sin sobresaltos. Para ello se hace necesario instrumentar medidas complementarias que en otros ámbitos vayan cerrando un cerco de seguridad en torno a los resortes fundamentales de decisión. La prostitución de la política, con u secuela de fraudes, proscripciones, inhabilitaciones, etc.; la mercantilización de las FFAA, que se convierten de Pueblo en armas en ejército de ocupación, el ensamble de cuerpos de seguridad como guardias pretorianas represivas de todo intento de protesta popular, la utilización insidiosa y criminal de los medios masivos de comunicación, calumniando, silenciando o narcotizando de acuerdo a la conveniencia de los sectores dominantes, son algunas de ellas.
Pero es en el campo de la Cultura y de la Educación donde el accionar de los inspiradores del orden vigente alcanzan valor estratégico para su perpetuación en la cúspide del poder.
La Universidad es uno de los escenarios más notables e importantes donde éste drama se desarrolla.
La adopción de una cultura libresca y universalista, auroleada con el nimbo de la omnipotencia y la intangibilidad de los principios de la ciencia, abstractos, inmutables, como atributos de espíritus privilegiados, diferenciados jerárquicamente del resto de las fuerzas sociales, apunta a esa misión de asegurar el régimen social existente.
Múltiples aspectos formales adoptaron las universidades a través del tiempo, pero esencialmente en casi todas las épocas, mantuvieron su condición de elaboradoras, o mejor aún, importadoras de la cobertura cultural del statu quo. Ni aún la nueva organización y los nuevos objetivos educacionales que se le otorgaron durante el ejercicio del poder por el Pueblo Peronista, lograron terminar con el espíritu de casta de la “comunidad universitaria” que atrincheró en las aulas a las vanguardias intelectuales del liberalismo para ir preparando desde allí, el genocidio del ’55 en Plaza de Mayo o los fusilamientos de 1956.
Los mecanismos por los cuales la Universidad cumplió el papel impuesto por sus mandantes, consistieron fundamentalmente en distorsionar el carácter de la cultura en todos sus aspectos, transmitidas desde los centros mundiales de poder, adjudicándole un carácter universal, presuntamente apolítico, neutro, y solo valorable por sus propios contenidos intelectuales con independencia de su aplicabilidad e incidencia en la realidad vital de la Nación.
La ciencia adaptada -presuntamente pura-, la cultura a la que se adhirió -presuntamente universal-, escondieron su carácter instrumental original y se convirtieron en fetiches contra los cuales todo intento crítico se vio estigmatizado con los calificativos de bárbaro, inepto intelectualmente, chauvinista o atentatorio del saber.
De esta forma el proyecto de país factoría, neocolonial dependiente y coto de caza de los monopolios internacionales, ocupó la Universidad y la Enseñanza con un culturalismo vacío, abstracto, universalista y con una ciencia seguidista, encandilada con los logros de los países metrópolis, a cuya resaca científica se aferró y cuyos objetivos de expansión complementa, enfrascándose en una actividad de investigación complementaria y residual que los planificadores imperiales le asignan.
Con ambas formas se cumplió el objetivo de suplantar el papel de una cultura nacional emergente del mismo seno del Pueblo, inspirada en sus propias experiencias históricas y sociales, contradictorias a nivel oficial, en un país ocupado y entregado.
Es así como el país que resigna su soberanía económica y política, consecuentemente se inserta en la periferia cultural del mundo, bajo la órbita hegemónica de los centros del poder. Las creaciones culturales de los imperialismos de turno, asumidas como valores de dimensión universal, suplen a la cultura nativa. Las ciencias “subdesarrolladas” se alinean detrás de las de los países colonialistas, ilusionadas con alcanzar por ese camino su mismo nivel de desarrollo.
Desconoce así que por esta vía está condenada a ser siempre suburbio de la investigación mundial, en tanto rechaza la posibilidad de elaborar un verdadero estilo científico autónomo, con prioridades, métodos, y objetivos distintos a los que ahora se le imponen, en tanto son distintas las exigencias que presenta el logro de la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política, de aquellas que responden a los países desarrollados a expensas de los atributos que los países periféricos perdieron e insisten en resignar adscribiéndose a una esfera de influencia que planifica las tareas investigativas y la ciencia de acuerdo a un modelo inmutable de organización mundial.

B) Hacia una Universidad Nacional y Popular
Liberar al país significa, entre otras cosas, liberar a su cultura, y a sus componentes (la investigación y la educación), de sus ataduras actuales, reorientándolas a servir nuevos objetivos que afirmen la personalidad cultural nacional y plieguen a su Ciencia al Proyecto Liberador.
En la Universidad, tal tarea, supone cambiar una institución que se expande cuando la educación y el conocimiento son para reasegurar el poder político que corresponde a los intereses neocoloniales, pero que se retrae sobre sí misma cuando eso poder político se asienta sobre la soberanía popular. Se escuda, entonces en una autonomía que preserve su esencia liberal tras pretendidos atributos de intocable reservorio de la cultura y el saber, como valores en sí mismos que le adjudican un carácter de extraterritorialidad, sustrayéndola de comprometerse con la suerte del país.
Es en definitiva desmantelar la ciudadela donde se repliega con impunidad una de las manifestaciones mas lúcidas y agresivas del régimen demoliberal: su reserva intelectual con todas sus variantes.
En tal sentido son tres fundamentalmente los objetivos inmediatos a cumplimentar. En primer lugar y consecuentemente con la recuperación nacional del gobierno nacional, adscribir las palancas de decisión del manejo universitario a la órbita hegemónica de ese poder popular en ascenso. Es decir, imprimir al gobierno de la Universidad el nuevo rumbo que marca la Reconstrucción Nacional. En segundo lugar convocar a todos sus integrantes: docentes, estudiantes, obreros y empleados a sumarse a la gran empresa de transformación como integrantes activos del proceso revolucionario que los diferencia al mismo tiempo de quienes serán sus decididos boicoteadores. En tercer lugar modificar la mecánica universitaria, abriendo así una etapa dinámica, activa, prolífica en experiencias capaces de fundamentar una futura legislación universitaria.
La resolución del primer problema deberá superar el repliegue, ya señalado, de las fuerzas reaccionarias tras muros y los claustros universitarios en el intento por mantener la posición de una institución tan cara a sus sentimientos y tan útil a sus fines. Lejos de renunciar a su manejo fortificarán posiciones con el apoyo, entre otros factores, de la prensa adicta a través de la cual han de agitar seguramente el concepto de autonomía entendido como substracción de la Universidad en su entorno nacional, la intangibilidad e impunidad del gobierno universitario y otras caracterizaciones destinadas todas ellas a cubrir su retirada hacia las aulas donde podrían mantener su poder político y su cohesión sectorial.
Sin embargo, la caótica situación actual y la irregularidad institucional de las autoridades hacen francamente inestable la supervivencia de la actual administración universitaria.
No obstante ello, el don de ubicuidad de mucho de los responsables o sostenedores de los sistemas vigentes puede constituir una forma insidiosa de mimetizarse con oportunismo en el ámbito de una Nueva Universidad, recurriendo a los sortilegios de una política pregonada como de cambio pero que en definitiva solo desecharía lo notoriamente deteriorado e indefendible para recubrir la esencia elitista, liberal y antinacional de la Universidad que se quiere reemplazar.
El gobierno universitario deberá ser ocupado por quienes hayan de ser capaces de conducir a la institución por una etapa de replanteos y reelaboración de sus objetivos, con la participación activa y fecunda de sus miembros, para ponerla realmente al servicio del País y de su Liberación.
En cuanto a la convocatoria enunciada en el segundo objetivo, deberá ser capaz de demostrar a los distintos sectores que intervienen en la actualidad universitaria la necesidad de su participación, en el marco de las más amplias posibilidades, en una lucha de singulares y originales características para poner su esfuerzo al servicio de lo nacional y lo popular.
En el movimiento estudiantil y aún en el conjunto de los estudiantes ha de promover un creciente grado de politización que acentúe los crecientes signos de nacionalización mental habidos desde hace tiempo y a merced del accionar constante y combativo de las organizaciones universitarias peronistas. Tal exhortación deberá enfatizar las propuestas que muestren a los estudiantes la necesidad de sumarse en los hechos a la construcción de la Patria Justa, Libre y Soberana, la Patria Socialista, que los haga sentir artífices y participantes activos desde su propio ámbito de ese proceso revolucionario que permita poner en tensión toda su capacidad movilizadota y creativa para servir a la Nación y a su Pueblo. Que conmocione hasta el último de los miembros de la masa universitaria, encausando sus energías y su participación en el proceso productivo nacional.
Que desmitifique sus aspiraciones individualistas, que los desligue de los prejuicios de ser útiles solo a su profesión y así mismo, que los incite a ser leales a su País, sumándose activa y solidariamente a su reconstrucción. Estas propuestas enmarcadas en un activo proceso de politización, que sigue definitivamente con sello nacional a la conciencia estudiantil a través de la estructura educativa que se vaya creando con capacidad de congeniar los ideales de Justicia, Independencia y Soberanía, a través de la práctica cotidiana y específica de los estudiantes, se verá catalizada por originales posibilidades de participación.
Entre os profesores será capaz de impulsar una impetuosa corriente de opinión y de acción, que destierre para siempre la docencia burocratizada, que acabe con especulaciones mercantilistas, con el fariseísmo y la hipocresía, que termine con la concepción meramente repetidora de la enseñanza, a convertirse en creadores de conocimientos. Que en definitiva promueva el ejercicio de la docencia, íntimamente vinculada con la investigación y como un verdadero sacerdocio, asumido con absoluta dignidad, responsabilidad y patriotismo, en tanto su misión es la de formar técnica, científica y políticamente a los estudiantes.
Los no docentes, por su parte habrán de encontrar en ella una incitación a la participación como miembros de la clase trabajadora, vertebradura esencial de la Patria, en la discusión y la decisión de las cuestiones universitarias, que transformen a la Universidad de mero patrón insensible, en instrumento técnico, científico y artístico de profunda inspiración nacional y social.
En cuanto al tercer objetivo, la concepción general de la enseñanza a todo nivel, que inspire la cumplimentación en lo universitario, deberá encontrarse en dos premisas fundamentales: 1º) que aquella debe hacerse íntimamente conectada a la actividad productiva de toda la Nación, con un aspecto de ésta, en función de ella, como una manifestación de la misma, complementándose ambas mutuamente. 2) que todo individuo en relación a otro, y en tanto desarrolle una actividad cualesquiera sea su ubicación en la sociedad, es capaz de aprender y enseñar, transmitiendo sus conocimientos particulares y al mismo tiempo enriqueciéndolos para mejorar su aporte al conjunto de la comunidad.
De tal manera, toda, absolutamente toda la población, está capacitada para participar del proceso educativo, el cual debe ser sistematizado, orientado y estimulado, tomando como base estos dos conceptos medulares. Todas las reformas apuntarán entonces a terminar con la concepción elitista y comunitaria de la Universidad como institución cerrada. La nueva organización ha de tender a romper su confinamiento, imbricando su tarea docente investigadora, íntimamente con el proceso educativo nacional. Docentes, investigadores y estudiantes comenzarán a asumir vivificantemente la dinámica de la realidad social, económica y política del país, investigando sus necesidades en sus mismas fuentes, contribuyendo a su solución mediante los aportes técnicos y científicos necesarios y sumando incluso su esfuerzo directo al proceso productivo nacional. Tal será la esencia de las modificaciones repuestas, adoptando una metodología pedagógica y científica que parta de la realidad circundante, apuntando a ella y desarrollándose en su mismo seno. Los estudiantes dejarán de ser sujetos extraídos temporalmente de la sociedad nacional para cumplir un proceso educativo que empieza y termina al margen de la misma, sino que asumirán íntimamente tareas creativas de aquella, como experiencia práctica fundamental y determinante de su formación política, cultural, científica y técnica.
Los investigadores no dilapidarán así su esfuerzo en proyectos desarraigados de las necesidades del país, sino que estarán permanentemente informados, inspirados e influenciados por ella.
La docencia no tendrá así las características de una actividad puramente superestructural, sino que estará condicionada por las estructuras mismas del país, enriqueciéndose vitalmente con ellas y asegurándose que sus frutos revertirán inevitablemente en sobre las mismas mediante un proceso pedagógico que se hace sobre el objeto mismo del conocimiento, aprehendiendo sus aspectos reales, familiarizándose con sus reglas internas y concluyendo en la elaboración de normas realmente efectivas para su modificación con el esfuerzo humano voluntario, consciente y racional, que los haga progresivamente más aptos para el interés nacional.
La resolución práctica de estas propuestas es de imposible realización plena de un día para el otro, por lo tanto todos los esfuerzos en este sentido deberán transitar por una etapa de activa experimentación y reelaboración con profundo sentido político de todos sus participantes, ejerciendo una activa presión modeladora sobre las viejas estructuras que desaloje la rémora de contenidos culturales antinacionales y vaya instalando en su reemplazo una nueva concepción mas acorde con el espíritu cultural de la Nación. Que no pierda de vista el sentido estratégico de todo el proyecto y no se embrete en situaciones conflictivas que puedan entorpecerlo. Teniendo en definitiva, una clara idea de las limitaciones y posibilidades humanas e infraestructurales a partir de los cuales se actúa. El logro de los tres objetivos enunciados depende inexcusablemente de la participación y de la movilización, que ejerzan en tal sentido los estamentos universitarios. Y esto es así por cuanto el gobierno popular, acechado desde diversos sectores, necesariamente deberá canalizar su atención y esfuerzo hacia otras áreas. Y porque esencialmente el proceso de cambiar la Universidad neocolonial, por la Universidad de la liberación, está muy lejos de ser resuelto con una tramitación administrativa autoritaria. Por el contrario, este esfuerzo deberá receptar para sí a capacidad participante de todos los universitarios, respetando sus mejores aspiraciones e instándolos a una decisiva entrega para conformar dinámicamente la Nueva Universidad.
Es más, ésta solo estará al servicio del país sin peligro de que esta aspiración se frustre, solo en la medida que sus integrantes convincentemente convocados, asuman las urgencias de su Patria y apunten a su superación desde su frente específico en una práctica activa y enriquecedora con diáfanas referencias políticas, que los transformen en artífices de una Universidad que rescatan para el Pueblo, porque ellos mismos se saben rescatados por éste.
Y es aquí, entonces, donde los agrupamientos peronistas en cada uno de los estamentos universitarios, asumirán una responsabilidad decisiva en el desarrollo de este proceso. Sólo al cabo del cual se habrá aquilatado suficiente experiencia acerca de nuevas formas de gobierno, participación, funcionamiento, etc., dentro de marcos originales, nunca tenidos en cuenta hasta ahora por la Universidad antinacional, que abonen fundamentos de la futura Ley Universitaria.


La nueva universidad

Características estructurales, funcionales, objetivos y métodos de la universidad para la liberación nacional.
Hemos hecho ya un diagnostico general sobre la Universidad actual y su papel de difusora e importadora de una cultura extraña que senos impuso para complementar desde su ámbito la infraestructura de la dominación y el neocolonialismo. Delineamos incluso, algunas pautas y propuestas para demostrar su mecanismo dentro de la estrategia que plantea el poder popular en ascenso. Sin embargo tales pautas y propuestas no exceden los límites estructurales. Se hace necesario pues, precisar con mas claridad las características de la Nueva Universidad que aspiramos, e incluso establecer los mecanismos que la viabilicen a partir de las circunstancias actuales.
Una cuestión ha de ser esenciales la búsqueda de nuestra Universidad; y es el hecho que la perspectiva mas amplia, más consecuente con nuestros propósitos se haya desde fuera de la institución que se pretende reemplazar. Desde su contorno, que es el país real, a partir de las necesidades presentes y futuras de este, y no como mera reforma por radical que fuese, imbuida de una inspiración universitaria y académica. Nos interesa la Nación y la necesidad de esta de contar con cuadros docentes, técnicos y científicos que sirvan a sus más caras aspiraciones. Nos importa la Cultura Nacional y la existencia de instituciones que la preserven y la difundan en todos sus aspectos.
Es pues a través de este prisma que observamos la estructura, los métodos y los objetivos de la Universidad que anhelamos y es a través de él también que los vicios actuales son consumados. De tal manera pretendemos despojarnos de todo criterio que esboce una nueva organización de enseñanza e investigación académica como fin en sí misma. Las aptitudes docentes, científicas, tecnológicas y artísticas de la Universidad, adquieren para nosotros, el carácter de funciones de algo que es lo realmente trascendente: el proyecto de desarrollar una Nación Liberada y un Pueblo que goce en plenitud de todos estos atributos en los marcos del Socialismo Nacional.
Cuando nos proponemos esbozar los caracteres de la Universidad “ideal” por así llamarla, lo hacemos con la inexcusable referencia ya planteada. Sabedores que la misma no se logra de un día para el otro, cuando proponemos los caminos para su creación a partir de las estructuras actuales, tal referencia nos sigue inspirando y aun las reivindicamos como patrón critico para salvar los imprevistos que en el complejo proceso de cambio se vayan presentando, de manera de dejar claramente establecidos criterios de valor para juzgar y resolver en definitiva, en todos y encada uno de los problemas estructurales y funcionales que nos plantee la etapa de transición.

A) Sus fines y objetivos:
Definida en principio la cuestión que nos motiva, los fines y los objetivos de la Universidad no pueden ser otros que los del País y su plan de autoafirmación lo exigen. La Ciencia que desarrolla, la enseñanza que imparta, la investigación que promueva, no pueden ser otras que las que demanden los planes nacionales, por cuanto la universidad que queremos es parte inseparable del País que anhelamos; en el se inspira en el se inserta y a el sirve.
Esta afirmación por si sola, nos apresuramos a señalarlo, que redefine algunos aspectos tales como la autonomía universitaria y la libertad de cátedra, garantizadas en tanto no se constituyan en premisas para sustraer la actividad universitaria de la suerte y el futuro del país.

Enseñanza

1ª) enseñanza: en principio es de apuntar que aunque resulte obvio, señalar el derecho a toda la población a acceder a la enseñanza, la Universidad no puede olvidar esta definición que a ella también le compete. Por lo tanto, sus estructuras y sus mecanismos deberán articularse de manera tal que progresivamente le permitan acercarse al ideal de permitir el acceso al tercer nivel educacional a todos los habitantes de la Nación. Aunque esto en principio parezca utópico e impracticable, no puede impedir que la universidad se lo auto imponga como meta. El País debe elevar el nivel de sus integrantes, en el plano de su auto conocimiento, como miembro de una comunidad con un proyecto histórico al que debe servir en las mejores condiciones posibles.
Para cumplimentación de ello no solo servirán las estructuras clásicas de la Universidad, sino que los medios masivos de comunicación: habrán de permitir una amplísima difusión de conocimientos enmarcados en una política educativa que se desprende de toda reminiscencia cientificista o profesionalista y apunte a la divulgación de las aptitudes técnicas, científicas y culturales que favorezcan la autoafirmación nacional y la mayor eficacia del proceso productivo.
Por otra parte, el tener como base a toda la población permitirá que la tarea de detectar y promover aptitudes, vocaciones y talentos individuales alcance limites óptimos en cuanto a su ámbito de incidencia, lo que a su vez asegurar una mayor diversificación científica y tecnológica y una mas racional utilización de los recursos humanos.
Ya hemos hecho referencia en otra parte a la necesidad de romper el cerco que cierra a la Universidad en si misma. Que la sitúa por fuera del devenir histórico o del acontecer económico y social al que presuntamente ha de servir. Esta presunción solo puede hacerse realidad en la medida en que la enseñanza se realice todo lo más posible sobre el objeto que se desea aprehender y en el cual van a incidir sus frutos, esto es, la Sociedad Nacional. Por lo tanto, la enseñanza no puede ser sino un aprendizaje y en entrenamiento que se desarrolla en el seno mismo de la actividad creadora y productiva de la Sociedad Nacional. Atento a esto la Universidad deberá disponer de facilidades para trasladar contingentes de sus integrantes a todos los sectores donde se desarrollen actividades sociales, económicas, políticas, administrativas, etc., de las cuales tenga algo que extraer y a partir de la cual sea capaz de actuar sobre ellas, mejorándolas o aumentando sus índices de eficacia social.
Se trata poco mas o menos de convertir a todo el País en el escenario de la enseñanza, en un gigantesco laboratorio donde todo aquel que desarrolle alguna actividad creadora y productiva pueda enseñarla y pueda convertirse en ejecutor de las pautas que sus propias experiencias y el procesamiento racional o científico que se haga de ellas, indiquen como mas aptas y eficaces.
Esta ha de ser una de las formas de aprender por parte de los estudiantes, aunque se la haga en tareas similares a las que correspondan al área de las actividades científicas y tecnológicas profesionales a las cuales aspira, pero que le permitan conocer y familiarizarse con el medio sobre el cual ha de actuar.
Por otra parte, la enseñanza debe constituirse en una actividad difusora de los frutos de la investigación, como una manifestación inexcusable de esta, a partir de lo cual sea capaz de cuestionar sus propias propuestas permanentemente sometiéndolas constantemente al juicio critico, manteniendo así su actualización y eficiencia. Pero los estudiantes no pueden ser meros receptores pasivos de esta forma de enseñar. También deben familiarizarse con las reglas propias de la investigación, partiendo de la discusión de sus métodos y sus propósitos, desmitificándola como actividad reservada a una elite intelectual y promoviendo así su propia capacidad critica y de observación, que los faculte para resolver múltiples problemas que sin duda habrá de enfrentar profesionalmente.
La elevación del numero de matriculas con las que sin duda deberá enfrentarse la Universidad y la carencia de cuadros docentes post-graduados suficientes para sobrellevar esta situación, habrá de obligar sin duda a recurrir a un considerable numero de alumnos instructores para impartir determinado tipo de enseñanza; esto lejos de crear un problema, racionalmente reglamentado puede constituirse en un canal que permita aprender lo enseñado, de manera que los haga trasmisibles, consolidándolos solidamente al mismo tiempo. Debe ser, por otro lado, el entrenamiento inicial de quienes opten después por la docencia post-graduación.
En definitiva, si la enseñanza es la sistematización pera ser transmitida de las experiencias humanas y de la investigación científica, el estudiante debe conocer como se logra, desarrolla y juzga lo que luego les será enseñado. Desde las tareas rutinarias hasta la participación directa en tareas de envergadura. De acuerdo al nivel de conocimientos, ha de encontrar en las tareas de investigación un campo propicio y fecundo para su proceso de aprendizaje.
El criterio para la promoción parcial o final de los alumnos debe basarse fundamentalmente en la capacidad y la aptitud para aprender que demuestren, en cada área del conocimiento, complementado por un juicio final que evalué su capacidad para resolver situaciones, elaborar conclusiones o juzgar circunstancias, que sean lo mas indicativo posible de los conceptos globales adquiridos y que permitan presumir el comportamiento posterior del examinado al abocarse a sus tareas futuras. Ha de tenerse en cuenta mas la capacidad de razonar y decidir que el poder de memoracion. Esto supone necesariamente un marcado y permanente contacto entre quienes aprenden y quienes enseñan, pero reduce considerablemente la injerencia del azar o de circunstanciales situaciones anímicas del examinador o del examinado, que desvirtúen el resultado final.

Investigación

2ª) investigación: no se trata aquí tan solo de cómo y quienes habrán de investigar en la Nueva Universidad. Aspiramos a definir que se habrá de investigar y optar por qué Ciencia se habrá de desarrollar. Esto ultimo supone rechazar el concepto tradicional y hondamente arraigado de que la Ciencia es una sola, universal, univoca, neutral, imparcial, y asumir por lo tanto la tesis contraria que afirma que en tanto la Ciencia es una actividad que establece prioridades, disponibilidad de recursos, esfuerzos voluntarios y concientes para su desarrollo, objetos de la investigación, fines y métodos, ofrece alternativas distintas y obliga al investigador a decidir por alguna de ellas. Ninguna comunidad de investigadores elige solo por el libre albedrío de sus miembros fines de su activad, y menos en nuestro país. Las presiones implícitas, difusas, encubiertas son múltiples efectivas. La pretensión de imponer a la Ciencia de los países metrópolis como la única posible es una de ellas. Existen variados estilos científicos en la medida en que son distintos los niveles de desarrollo alcanzado, su metodología, sus valores éticos, su disponibilidad de instalaciones e instrumentos, sus fines. No es de dudar entonces que de tal variedad de componentes resulten complejos científicos, o por decirlo cabalmente, ciencias distintas.
Si convenimos que el proyecto nacional de liberación plantea determinadas exigencias científicas, habremos de señalar que de la totalidad de conocimientos actuales en posesión de los países metrópolis, solo una mínima porción de ellos, puede ser de utilidad inmediata y que aun esta, por el contrario, no alcanza a cubrir satisfactoriamente todas las exigencias nacionales, por la simple razón que estas imponen la promoción de un estilo científico propio.
Sin embargo la colonización por vía de la investigación científica a través de subsidios, becas, planes de financiación, reconocimientos internacionales, etc., implanto la creencia del carácter único de la ciencia y solapadamente impuso un ritual científico que plegó a los investigadores de los países neocoloniales a su ámbito de influencia, a través de modalidades seguidistas, copiadoras e importadoras de objetivos y metodología ajenos y extraños. Tales actitudes fueron estimuladas además promoviendo un espíritu crudamente competitivo, que a través de una especie de escalafón virtual, prometía a los investigadores crecientes niveles de reconocimiento internacional, premios y menciones honoríficas los mas prolíficos en la publicación de trabajos. Pero si señalamos que la apabullante mayoría de ellos son realizados en el idioma extranjero, y que sus temas para hacerse acreedores a algún tipo de consideración, deben prever la escala de prioridades y modas impuestas internacionalmente, no será difícil concluir que este ámbito transforma el fruto de la actividad investigadora, desarrollada en el país, en complemento menor y periférico de la que desarrollan los centros mundiales de poder para cumplimentar sus propios objetivos.
Lograr autonomía económica del país, promover la Justicia Social, romper las ataduras internacionales, es ante todo una decisión política. Pero su puesta en práctica exige la resolución de problemas nuevos y originales para lo cual es indispensable el aporte del esfuerzo científico y tecnológico. Y este aporte sin duda debe motivar, por el momento excluyentemente, la actividad investigadora de la universidad.
Conocer la realidad de su país, buscar, explicarla y proponer soluciones, ha de demandar sus mejores esfuerzos.
En este tema, se le abren insospechables posibilidades de ensayar novedosas formas de participación en la vida comunitaria nacional. Un relevamiento censal y estadístico del país en todos sus aspectos al que se aboquen estudiantes durante los primeros años, una discusión, análisis y elaboración de propuestas en base a los datos recogidos, de la que participe activamente otro sector de estudiantes de mayor nivel y la puesta en ejecución de proyectos de utilidad nacional sugeridos por lo anterior con la actuación de alumnos de cursos superiores, es un ejemplo tan solo de cómo armoniosamente la investigación y la docencia se pueden conjugar integrados con el proceso productivo nacional.
Formar técnicos familiarizados con el manejo científico, imbuidos del espíritu critico de la ciencia y científicos conocedores de los problemas que habrá de resolver la tecnología a la que sirve de base, son objetivos absolutamente imprescindibles de la Nueva Universidad.
No se trata por otra parte, de rechazar los aportes tecnológicos y científicos extranacionales sino de tomarlos críticamente asimilándolos a las exigencias locales. El desafió consiste no en desechar todas las proposiciones de la ciencia de los países desarrollados, sino en negarle validez como bloque indivisible, del que inapelablemente deban asumirse todos sus caracteres, sus modalidades, sus objetivos, sus propuestas, desarrollando por el contrario, un estilo científico, mas acorde con las exigencias y las posibilidades nacionales. Estas obligan a establecer, sobre todo, claras prioridades en este ámbito, evitando dejar librado a las improvisaciones o a la libre iniciativa individual, que como ya vimos no es tal, los fines de la investigación. El país no puede aceptar que sus recursos se dilapiden y que las soluciones que exige se posterguen a través de una actividad investigadora abstrusa, esotérica, meramente “pura”, azarosa en cuanto a su posible aplicación local en lo inmediato, que es lo que importa por ahora.

Estructura

También aquí seguirá siendo el país nuestra referencia y esto a despecho de las múltiples doctrinas establecidas con respecto a la estructuración de las universidades inspiradas a partir de una concepción “comunitaria” de estas, cuyos objetivos quedan reducidos a lograr eficiencia en un ampuloso e impreciso cultivo del “saber y la ciencia” sin adjetivarla con respecto a las necesidades nacionales.
Es así que para nosotros no tiene, por ejemplo, validez las antinomia (falsa como muchas otras manejadas por los que se atribuyeron a si mismos capacidad y poder para discernir y decidir sobre aspectos educativos), entre “departamentalismo o compartimentación” por facultades de la Universidad.
Ni una organización departamentalista con intenciones enciclopedista y limitativa, ni una atomización del conocimiento a través de facultades de utilidad, y solo a medias, para formar profesionales munidos de una “patente de corzo” que los habilite para competir con éxito en un medio obsesionado por el “status” y las utilidades económicas, prestan el menor servicio a la Nación. Solo lo que esta precisa en materia educativa puede servir de molde donde vaciar un proyecto de organización universitaria.
Ya hemos definido a este respecto, nuestros lineamientos generales con relación a la enseñanza y a la investigación. Nos proponemos pues, delinear la organización universitaria que cumpla con mayor eficiencia los objetivos (…)
Para ello enumeramos las características estructurales más relevantes:
1ª) deberá tratar de recuperar el sentido totalizador del conocimiento sin desmembrarlo con un sentido crudamente profesionalista, apuntando a ampliar los márgenes globales de la formación humana de sus egresados al otorgarles mayor versatilidad y eficiencia como miembros activos de una empresa tan vasta y compleja cual es la Liberación Nacional. Para ello deberá agrupar las ciencias bases en unidades pedagógicas amplias del conocimiento con unidad conceptual y que se correspondan a su vez con las diferentes áreas de las actividades sociales y los requerimientos humanos de la comunidad.
2ª) que solo después de este primer periodo de formación común, su sistema de enseñanza diverja en cursos de aprendizaje y entrenamiento tecnológico y aplicativos de los conocimientos provistos por las ciencias bases.
3ª) que desarrolle en los estudiantes la aptitud para el trabajo interdisciplinario como el mas beneficioso para el proceso productivo nacional, para detectar sus problemas y para plantear sus soluciones.
4ª) se accederá a la formación docente y a la investigación científica especializada y el ejercicio de la enseñanza y la investigación, solo después del tránsito por los dos niveles anteriores que garantizan una formación general y básica, un conocimiento del medio social, una experiencia practica sobre el proceso productivo. Todo ello sin perjuicio de que durante todo el periodo de enseñanza se vaya habituando a los estudiantes a aprender enseñando e investigando, tal cual ya lo planteamos anteriormente.
5ª) responsabilizara a un Departamento Central la planificación docente e investigativa en el nivel básico o de entrenamiento tecnológico-aplicativo y el de especialización docente y científica de post-graduación. Este Departamento Central de Planificación de Formación Docente e Investigación estará integrado por personal no solo de alta capacidad técnica e intelectual, sino consustanciado fielmente con los objetivos primordiales de la Nueva Universidad, en tanto será quien regule, controle y promueva su actividad esencial. Este organismo, por otra parte, arbitrara los medios más aptos para incorporar representantes extrauniversitarios que le permitan una mayor eficacia en cuanto a servir los intereses nacionales.
6ª) creara grupos de trabajo interdisciplinarios, encargados de llevar adelante los proyectos de investigación propuestos, los que a su vez servirán para permitir las experiencias en este campo, de graduados y estudiantes tal cual lo planteáramos en otra parte de este proyecto. Con estos grupos se creara un instituto Central de Investigación en intimo contacto con organismos oficiales extrauniversitarios por un lado y las demás estructuras universitaria por el otro, a fin de ser fiel al espíritu ya delineado.
7ª) habrá de facilitar a los estudiantes la posibilidad de optar por alguna especialidad en definitiva, postergando esta decisión luego de transcurrido el periodo de formación básica en alguna de las áreas del conocimiento, durante el cual las exigencias habrán de ser lo suficientemente flexibles y versátiles en cuanto a la necesidad de cursar determinadas materias, orientando la Universidad en este sentido, a una misión esencialmente de formación básica general y orientación vocacional.
8ª) permitirá a los estudiantes que cumplan con el ciclo ineludible, optar por cursar solo determinadas materias del periodo de formación tecnológico-aplicativo, relacionadas con su formación previa, que los habilite como técnicos en determinadas actividades.
Para traducir en un modelo organizativo estas características esenciales se crearan Institutos de Ciencias Básicas a través de los cuales recibirán los estudiantes sus primeras enseñanzas durante un lapso de 2 o 3 años. Con posterioridad podrán optar continuar su aprendizaje en facultades o escuelas, donde recibirán una enseñanza y un entrenamiento de aplicación de sus conocimientos en todo lo referente a los aspectos tecnológicos físicos o sociales, al cabo de los cuales recibirán su graduación, o incorporarse a la carrera de Magisterio que los habilite como profesores de enseñanza media en la especialidad correspondiente a su ciclo básico inicial. Por otra parte, tendrán la oportunidad de recibir un certificado de aptitud técnica en alguna actividad específica cursando solo un número limitado de materias correspondientes.
La graduación con la obligatoriedad de adscribirse a algún proyecto de investigación, facultaran para el ejercicio de la docencia a nivel de ayudante diplomado o Jefe de Trabajos Prácticos actuales, pero para alcanzar grados superiores, tales como los equivalentes a Profesor Titular o Adjunto, será necesario cumplir con un periodo de especialización donde se profundicen los conocimientos básicos adquiridos y se complementes concursos de formación docente, científica, política, social y económica que aseguren la disponibilidad del material humano apto para cumplir desde sus ámbitos específicos las tareas que demande la Revolución Nacional.
Un Departamento Central Docente de investigación y enseñanza superior, será el encargado de supervisar y coordinar la enseñanza o la investigación a todo nivel. Será el encargado, además, de impartir la enseñanza político, filosófica y cultural común a todos los estudiantes, como así también la que corresponde a los graduados que deseen adscribirse a la carrera docente o de investigación que establecer los convenios necesarios para la cumplimentación de esta actividad, con organismos oficiales o nacionales, coordinando todo lo concerniente a esta tarea. Sus grupos de trabajos serán formados por el personal docente especialmente convocado y los estudiantes, de acuerdo a su nivel de conocimientos adquiridos.

La nueva universidad

Resumen de pautas para su implementación
Planteamiento del problema:
Poner la Universidad al servicio del pueblo y de la Nación supone cambiar sus fines, su metodología, sus contenidos y sus formas. Estas últimas deberán ser las mas aptas para viabilizar un proyecto de Universidad Nacional.

Limitaciones:

Es imposible consagrar la Nueva Universidad de un día para el otro, no se cuenta para ello ni con la experiencia ni con el material humano suficiente. Por el contrario, el tiempo, los usos y la política llevada a cabo sobre la Universidad han determinado una mentalidad sobre sus integrantes, que dificulta seriamente la concreción de un nuevo proyecto, aun después del 25 de mayo, la lucha por la toma del Poder, del cual la enseñanza es una parte.

Objetivos Generales:
Por ello se trata de promover un cambio, que aun siendo profundo, evite situaciones conflictivas innecesarias, que economice esfuerzos y recursos humanos, pero que activamente vaya acrisolando una practica y una experiencia capaz de fundamentar la consolidación definitiva de la Nueva Universidad.

Objetivos políticos culturales
Se tratara de promover una fluida, activa y creadora participación de todos los miembros de la Universidad, complementando por una estructuración que permita concentrar el poder planificador de la enseñanza y la investigación, de manera de hacer que el esfuerzo conjunto transite por canales de actividad y participación coherentes con los nuevos objetivos impuestos a la universidad, acorde con las exigencias nacionales. De esta forma se evitara la dispersión de esfuerzos y recursos humanos y físicos.
Se respetara la libertad de cátedra y la autonomía para el mejor cumplimento de los objetivos fijados por las necesidades nacionales, pero sin que de ninguna manera puedan esgrimirse para intentar sustraer a la Universidad del proceso liberador en el país (…)

Objetivos pedagógicos científicos
Echar las bases estructurales para una enseñanza profundamente consustanciada con lo nacional, que separe al profesionalismo y al cientificismo, expresadas en la falsa disyuntiva Facultad o Departamentos y que sea capaz de formar elementos humanos útiles a la emancipación. Concretar una infraestructura de investigación científica estrechamente vinculada a la actividad nacional y puesta a su servicio.

Propuestas estructurales. Sus razones y objetivos

Concentración del poder planificador de la enseñanza y la investigación.
Concentración de la capacidad de formación docente. De investigación y enseñanza superior. Departamento Central de Docentes.
Se creara un Departamento Central Docente de investigación y enseñanza superior, cuyos miembros se proveerán por contrato y cuyos objetivos serán:
a) Planificar y supervisar la docencia y la investigación en todo el ámbito de la Universidad.
b) Receptar las necesidades sociales entorno a la actividad universitaria y poner a esta en función de aquellas. Para la cumplimentación de esto, establecerá los convenios necesarios con las empresas estatales, nacionales y las que se nacionalicen.
c) Impartir la enseñanza de formación política, social, filosófica e histórica común a todos los estudiantes.
d) Impartir esa misma enseñanza, pero al nivel de los graduados que deseen adscribirse a la docencia o la investigación.

Su fundamento

Este es el núcleo central y el basamento de la Nueva Universidad. Sobre el recae la orientación general de la actividad universitaria y la formación política cultural con profundo sentido nacional, de los estudiantes y de los futuros docentes e investigadores. (….)
Es el encargado de planificar e integrar la actividad docente y de investigación que se desarrolle en todo el ámbito de la universidad. Es quien va dando dirección al proceso de construcción de la nueva institución fijando sus prioridades, sus objetivos, sus (….). Desde el, con profundo sentido renovador, se hacen prevalecer los criterios necesarios para encauzar con un nuevo rumbo la actividad universitaria. Con el mismo sentido, ha de ser también el reaseguro de que las futuras generaciones de docentes, técnicos y profesionales, se habrán de formar con nuevos principios de comprensión y solidaridad hacia su propio país y su propio Pueblo, capacitándolos con la suficiente disponibilidad mental para que su esfuerzo técnico y profesional este inspirado por los supremos ideales e intereses de la Nación.

Formación básica elemental de los estudiantes

Su implementación
Departamentos de ciencias básicas
Se crearan Departamentos de Ciencias Básicas, donde los estudiantes cursaran sus primeros años.
En principio serían cuatro a saber:
a) de Ciencias Biológicas
b) de Ciencias Exactas
c) de Ciencias Humanas y Sociales
d) de Arte

Estos departamentos a su vez, podrán crear institutos internos. Sus integrantes docentes serán también provistos por contrato y serán los encargados de impertir la enseñanza directamente vinculada con el área del conocimiento específico del departamento. Los graduados adscriptos a las carreras de especialización decente y de investigación harán su entrenamiento respectivo y complementaran su formación técnica superior.
Sus objetivos por lo tanto:
a) La formación básica y elemental de los estudiantes
b) El desarrollo de planes de investigación propuestos por el departamento central
c) Coadyuvar a la formación docente y de investigación a nivel superior de los graduados.
El departamento central impartirá a todos los alumnos de este ciclo básico enseñanza político-cultural.

Sus fundamentos pedagógicos científicos
Parimos de la base que la disyuntiva de estructuración universitaria o puramente por facultades es falsa y no responde a las exigencias concretas de una Universidad al servicio de la Nación. La estructuración propuesta, por el contrario, ha se ser capaz de impartir una enseñanza que otorgue mayor versatilidad a la formación básica de los estudiantes, permitiéndoles postergar la decisión final de su especialización luego de un periodo de reconocimiento vocacional y, que por otro lado, vaya desarrollando desde el comienzo del aprendizaje las bases conceptuales para una precomposición del sentido unitario de los fenómenos biológicos, físicos, humanos o sociales, que la futura divergencia en distintas orientaciones profesionales no desvirtúe y que por el contrario permita una ulterior conformación de equipos de trabajo integrados interdisciplinariamente, como la herramienta y el instrumento metodológico mas apto para el estudio y la resolución de los problemas concretos que ofrece el país, enfocado desde distintas perspectivas técnico-profesionales, pero concebidos básicamente con unidad de criterio en cuanto a su concepción y resolución. Como reaseguro de todo esto, el desarrollo de materias formativas generales, a cargo del Departamento Central, centrara, en común para todo el estudiante, la enseñanza en el País, en su problemática y en su perspectiva.

Sus fundamentos políticos culturales
Es necesario crear una estructura educativa nueva, que superpuesta de alguna manera a la anterior, desplace a esta en la formación inicial de los estudiantes, en los que habrá que modelar una conciencia mas acorde con sus exigencias de la Liberación Nacional. De esta forma, por otra parte, les convertirá en elementos modeladores a su vez, de la vieja Universidad a través de la presión política y cultural que ejerzan sobre ella. Por otra parte, en esta estructura departamental se habrán de formar las futuras generaciones docentes en medio de un proceso altamente politizado y polémico en el que se formaran y estrecharan libres de la influencia de rémoras culturales y administrativas.

Formación técnica profesional de los estudiantes

Su implementación
Facultades
La enseñanza a este nivel, continuara a cargo de las facultades, sus tareas estarán dedicadas al entrenamiento y la docencia de las materias aplicativas y profesionalistas. En ella encontraran los estudiantes la posibilidad de cursar íntegramente la orientación profesional elegida, luego del ciclo básico en los Departamentos, o de cursar solo algunas materias perfectamente establecidas, que lo habiliten como técnico en determinada actividad. Serán estas estructuras también las encargadas de desarrollar cursillos de actualización profesional.

Sus fundamentos pedagógicos
La estructura actual de la Universidad solo puede ser de utilidad en la formación profesional, y eso aun con sensibles mejoras y modificaciones de sus métodos vigentes, su labor se ha de centrar en el entrenamiento profesional, y la enseñanza tecnológica aplicativa, clarificando sus objetivos, actualmente difusos e indefinidos, de los cuales resulta la confusión y la frustración de quienes hoy cursan en ellas, sin saber a ciencia cierta que esperan de las mismas ni que pueden estas ofrecerles.

Sus fundamentos políticos
En la imposibilidad de acabar con la vieja Universidad, en tanto concepción institucional, se hace necesario su confinamiento a un nivel de reducida capacidad formadora y que a su vez se vea sometida a presiones de distinta índole, a saber:
a) La presión cultural de un estudiantado formado básicamente en principios distintos a los que actualmente rigen su actividad.
b) La presión institucional del Departamento Central que regulará su funcionamiento.
c) La presión administrativa del gobierno de la Nueva Universidad, que ira también reorientándola hacia nuevos cruces.
d) La decisiva presión política que ejerzan los estudiantes, docentes y no docentes en busca de adecuarla a nuevas exigencias.
En definitiva, se trata de someterla a una sostenida presión remodeladota, comparándola con la nueva estructura y en función de nuevos criterios de valoración. A de ser el área así, donde convivan competitivamente por un tiempo dos propuestas distintas, una que buscará sobrevivir manteniendo sus viejos hábitos y otra que desde su mismo seno intentara reformarla progresivamente. De este conflicto a de surgir, con la activa participación político cultural de todos los estamentos universitarios, la experiencia que avale una futura legislación para la Universidad y que consagre su estructuración definitiva.

Formación superior, docente y de investigación para graduados.

Su implementación
Departamento central y departamento de ciencias básicas
Constara de un entrenamiento docente y en tareas de investigación, complementado por un desarrollo de materias formativas (…) tales como Filosofía y Sociología de la Ciencia, Pedagogía, Economía de la Historia Nacional, etc.
Se realizara de la siguiente manera:
a) Entrenamiento docente: como auxiliares docentes en los departamentos.
b) Entrenamiento científico: en los equipos de trabajo conformados por el Departamento Central en los departamentos de Ciencias Básicas respectivos, con la obligatoriedad de realizar una tarea de responsabilidad personal que aporte meritoriamente a los planes de investigación en desarrollo.
c) Formación complementaria superior en cátedras del Departamento Central.

Su fundamentación pedagógica científica
Es necesario salvar del empirismo y la improvisación a la docencia y la investigación; y aunque ambas sean una forma de aprendizaje, enseñando e investigando, quienes dediquen específicamente su esfuerzo de post-graduación a cualquiera de las dos tareas, deberán sumar sus conocimientos básico:
1º. Un adecuado conocimiento de la metodología de la enseñanza y la investigación.
2º. Un cabal conocimiento de la estructura productiva o del desenvolvimiento social hacia donde apunte su esfuerzo.
3º. Una suficiente formación político-cultural, que le permite reconocer las implicaciones lógicas de su tarea, aludiendo a las influencias contrarias al interés nacional y sirviendo por el contrario a éste conocimiento.

Su fundamentación política-cultural
El material humano capaz de llevar adelante con visión de futuro la Nueva Universidad, no puede obviamente ser formado dentro de los cánones de la vieja universidad. Adquiere por lo tanto esta tarea un valor estratégico fundamental, cuya responsabilidad debe estar en manos no solo de quienes hayan demostrado también la necesaria formación político-cultural capaz de cumplimentar con éxito los fines propuestos.

Dinámica universitaria, metodología de la enseñanza y de la investigación

Objetivos prioritarios
Los objetivos de la universidad son:
a) La investigación.
b) La formación de docentes y de investigadores.
c) La formación técnica, profesional, política y cultural de los estudiantes.
En este orden de prioridades.

Fundamentación
Liberar al País, es, ante todo, una decisión política, pero su concreción necesaria resolver previamente infinidad de problemas económicos, sociales, etc. Que deben ser sometidos a un proceso de descripción análisis, predicción y decisión en el que cada uno de sus pasos se plantea con un sentido nuevo y original en cuanto a todo lo realizado hasta ahora. Esto es de suma urgencia y por lo tanto, la actividad investigadora debe merecer un tratamiento prioritario.
Luego ha de merecer la atención de la Universidad:
1º. La formación de capital humano encargado de dar continuidad definitiva a los planes trazados para la cumplimentación de su actividad docente y de investigación.
2º. Y por ultimo, y entrelazado íntimamente con los objetivos anteriores, habrá de preocuparse por la formación de técnicos profesionales capaces de resolver la aplicación de las propuestas que emergen de su actividad investigadora.

Implementación de la enseñanza
La enseñanza se impartirá a través de las siguientes formas:
a) Investigando, por lo cual los estudiantes participaran, de acuerdo al nivel de sus conocimientos, en los proyectos que desarrolle la Universidad. A tal efecto su participación consistirá en un relevamiento censal y estadístico en los primeros niveles, pasando por el desarrollo de tareas rutinarias y auxiliares de investigación, en una etapa intermedia, hasta la elaboración de las mismas, durante los últimos años de su carrera.
b) Trabajando, por el cual sumaran su esfuerzo físico e intelectual a los planes de fomento, incremento, productivo, promoción sanitaria y social, etc., que también impulsen los gobiernos nacionales o provinciales en estrecho contacto con la Universidad. También lo hará en los organismos productivos de bienes o servicios que la Universidad considere convenientes para poner en marcha.
c) Enseñando los mismos estudiantes, para lo cual actuaran como instructores de sus compañeros de nivel inferior.
d) En la actividad de cátedra, donde los educandos reciban la enseñanza teórica y practica que coordine y complemente todo su proceso de aprendizaje.

Fundamentación

En a), se busca que el estudiante se familiariza con el proceso de producción de los conocimientos que recibe y desarrolle su espíritu creativo.
En b), se intenta acostumbrarlo a desenvolverse con espíritu nacional y vocación de servicio, en los marcos reales de la vida nacional a los que aprehende desde su mismo seno.
En c), se lo obliga a desarrollar su capacidad de sistematización y síntesis para hacer transmisible los conocimientos que recibe, de manera de asimilarlos, a su vez mejor.
En d), se continúa con la forma clásica de enseñar, pero que, por lo anterior, pierda su sentido memorista y repetitivo, haciéndose mas eficiente y asimilable.

Ámbito e instrumentos de la enseñanza

El escenario de la enseñanza debe dejar de ser el limitado espacio de los edificios universitarios. Debe desarrollarse en todo lugar donde haya algo que aprender. El país en general y en especial la zona de influencia donde tiene su sentido físico la Universidad, han de ser los ámbitos de la enseñanza. De tal manera, todo lugar donde se desarrolle una actividad social o productiva, o cada lugar que ofrezca motivos de investigación y estudio, se constituirán en las aulas de la Nueva Universidad. El objeto del conocimiento a de ser buscado en su escenario natural. Por otra parte, todo aquel que desarrolle una actividad social creativa o productiva, que en definitiva, tenga algo que enseñar, ha de transformarse también en instrumento de transmisión de conocimientos.

Destinatarios de la enseñanza
Para el ingreso a la Universidad no se tendrán en cuenta mas que las exigencias prioritarias que el interés nacional determine en cuanto a las distintas orientaciones técnico-profesionales.
Una amplia difusión hará saber a la población que, cualquiera su nivel socio-económico, la Universidad le permite el mas amplio ingreso; es necesario incluso, estimular prioritariamente la afluencia a la misma de integrantes de los sectores hasta ahora impedidos de incorporarse a ella, ofreciendo convincentes planes de financiación para los sectores de menores recursos. En este sentido la Universidad arbitrará todos los mecanismos promocionales a su alcance para ampliar la matriculación en las carreras consideradas prioritarias. Considerada la enseñanza como una inversión altamente redituable y la implementación de ella a través de la prestación de servicios a de la creación de bienes, los estudiantes de las carreras consideradas prioritarias, recibirán una renta para solventar sus gastos y contribuir con un aporte compensador al presupuesto familiar, en el caso de que esta se perjudique al perderlo como miembro capaz de aportar mediante su trabajo al mantenimiento de otros integrantes.

Implementación de la investigación
La investigación se desarrollara no solo como forma de enseñanza, sino también en forma de servicio al País a través del procesamiento de sus exigencias y de la proposición de soluciones; sus fines serán fijados por el gobierno y el interés nacional y se llevara a cabo en los departamentos de Ciencias Sociales bajo la supervisión del Departamento Central.

Participantes de la actividad de la investigación
Se crearan equipos, en todo lo posible interdisciplinarios, que funcionaran bajo la planificación y coordinación del Departamento Central a través de su Instituto Central de investigación, integrados por:

a) Un jefe de equipo y un cuerpo de auxiliares abocados en forma especifica al desarrollo de los planes de investigación asumidos.
b) Los graduados que se encuentren cumpliendo la especialización docente y de investigación.
c) Todos los estudiantes, que lo harán de acuerdo a su nivel de conocimientos.

Gobierno Universitario
Ley Universitaria

Aspecto ideal
Algunas propuestas deben ser fijados mas como metas que como objetivos de pronta concreción.

Gobierno universitario

Los sectores que deben participar en el son:
a) Los docentes.
b) Los estudiantes.
c) Los no-docentes.
Todos ellos por cuanto son los responsables del funcionamiento universitario, siendo los participantes de su actividad.
d) Representantes populares que aseguren un encuadramiento social y nacional a la actividad universitaria.
e) representantes de los gobiernos nacional y/o provinciales, que asumen el control de que se cumplan los objetivos universitarios impuestos por el interés nacional.

Ley universitaria

La Nueva Universidad exige la reglamentación legal de su actividad que consagre sus nuevos contenidos, con fundamentaciones profundamente nacionales.

Aspecto real
La legislación que consagre la Nueva Universidad y determine sus formas de gobierno, deberá basarse en experiencias anteriores de la universidad liberal, lo que implicara congelar toda experiencia nueva y toda posible creación original aquella. Por lo tanto, la futura ley, y por consiguiente, el futuro gobierno universitario deben plasmarse a partir de una etapa suficientemente creativa, dinámica y experimental que abone sus fundamentos.

Gobierno universitario

Hasta tanto no se consolide la Universidad Nacional de la Liberación, el gobierno popular deberá intervenirla, designando un delegado a cargo de la Presidencia con los suficientes atributos de idoneidad político-cultural. Este a su vez designara delegados interventores en las facultades y en los departamentos a crearse. El Departamento Central dependerá directamente de la Presidencia. Los distintos estamentos universitarios, a su vez, participarán de la discusión de los problemas universitarios a través de sus organizaciones políticas o gremiales.